Banco Mundial advierte sobre el alarmante aumento de la violencia en América Latina y la ineficacia de las políticas de “mano dura”

Banco Mundial advierte sobre el alarmante aumento de la violencia en América Latina y la ineficacia de las políticas de “mano dura”

América Latina enfrenta niveles de violencia letal alarmantemente altos, según el más reciente informe del Banco Mundial, presentado este lunes en la capital estadounidense. El estudio titulado Crimen Organizado y Violencia en América Latina y el Caribe destaca que, aunque la región solo representa el 9% de la población mundial, concentra un tercio de los homicidios globales.

Durante la primera década del siglo XXI, la tasa de homicidios en América Latina fue 5.4 veces mayor que la media mundial, y esta brecha ha aumentado en los últimos 20 años, llegando a ser ocho veces superior. Esta situación se desarrolla en un contexto de instituciones debilitadas que, lejos de mitigar el problema, lo agravan.

El informe señala que las deficiencias en los sistemas penitenciarios, cuerpos policiales y sistemas de justicia permiten que el crimen organizado opere incluso desde el interior de las cárceles. Además, advierte que las políticas de “mano dura”, adoptadas en países como El Salvador y Argentina, son frecuentemente ineficaces y, en muchos casos, contraproducentes si no van acompañadas de medidas preventivas de largo plazo.

“El crimen organizado se nutre de la falta de oportunidades, la débil presencia del Estado y la fragilidad institucional”, alerta el organismo internacional. Para hacer frente a esta crisis, propone construir Estados más funcionales que garanticen igualdad de oportunidades, con mejores sistemas educativos y mercados laborales capaces de generar empleos de calidad.

En el corto plazo, el Banco Mundial recomienda reforzar las capacidades estatales en materia de seguridad, mejorando la infraestructura penitenciaria, profesionalizando a las policías y fortaleciendo los sistemas de justicia. Asimismo, considera crucial implementar programas de prevención enfocados en jóvenes en riesgo, como complemento esencial a las políticas de seguridad.

“La prevención por sí sola no sustituye la seguridad, pero una política de seguridad sin prevención será siempre insuficiente”, concluye el informe.

Fuente: El País