“Robo de película en el Louvre: ladrones se llevan joyas napoleónicas valuadas en más de 100 millones de dólares”

En un golpe digno de Hollywood, un grupo de ladrones ejecutó uno de los robos más espectaculares en la historia reciente del arte: joyas napoleónicas de valor incalculable fueron sustraídas del Museo del Louvre en apenas unos minutos, dejando en shock a Francia y al mundo entero.

De acuerdo con la fiscalía de París, el atraco ocurrió la mañana del domingo 19 de octubre, cuando al menos cuatro sujetos utilizaron una plataforma elevadora para ingresar por una ventana al primer piso del museo, donde se encuentra la célebre Galerie d’Apollon, que resguarda parte de las joyas de la Corona francesa.

En una operación calculada y silenciosa, los ladrones rompieron vitrinas de alta seguridad y escaparon en motocicletas antes de que llegaran los guardias. Todo el robo duró entre cuatro y siete minutos.

Entre las piezas robadas se encuentran una tiara y un collar de zafiros pertenecientes a las reinas Marie-Amélie y Hortense de Beauharnais, además de un collar de esmeraldas de Marie-Louise de Austria, esposa de Napoleón Bonaparte, y un broche con forma de lazo de la emperatriz Eugénie de Montijo.

Las autoridades estiman que el botín tiene un valor económico superior a los 102 millones de dólares, aunque expertos aseguran que el daño histórico y cultural es imposible de calcular.

El Louvre cerró sus puertas tras el robo para una inspección forense y revisión de sus sistemas de seguridad. Se investigan posibles fallas internas o incluso complicidad desde dentro del museo, considerado el más visitado del mundo.

El Ministerio del Interior francés confirmó que aún no hay detenidos, aunque se analizan grabaciones de cámaras cercanas y rastros de los vehículos utilizados.

Especialistas en arte alertan que los ladrones podrían desmantelar las joyas para revender las piedras preciosas por separado, lo que dificultaría su recuperación.

Mientras tanto, la prensa francesa y la comunidad internacional califican el hecho como una “humillación nacional”, recordando los legendarios robos de arte que parecen imposibles… hasta que suceden.