
Devastador derrame de petróleo en Esmeraldas provoca emergencia ambiental en Ecuador

La provincia de Esmeraldas, al norte de Ecuador, enfrenta una de las peores catástrofes ambientales de su historia tras un derrame de aproximadamente 25.000 barriles de crudo, ocurrido en marzo debido a la rotura de un tramo del Oleoducto Transecuatoriano en la localidad de Quinindé. Ante la magnitud del desastre, el gobierno ecuatoriano declaró el estado de emergencia en esta zona que ya arrastraba años de desigualdad y altos índices de criminalidad.
Según el Ministerio del Ambiente, el crudo se ha extendido por al menos 86 kilómetros a lo largo de los ríos Caple, Viche y Esmeraldas, dejando a su paso peces muertos, vegetación arrasada y comunidades enteras sin acceso a agua potable.
“Es como ver morir al río”

Celso Nazareno, un agricultor de 50 años, relata con angustia cómo perdió sus cultivos de sandía, melón y maíz. “Nunca en mi vida había visto algo así. El agua era completamente negra. Solo crudo”, cuenta. Como él, cientos de agricultores han quedado sin medios para sembrar ni fumigar.
A la par, decenas de trabajadores intentan contener la contaminación utilizando químicos y absorbentes. Sin embargo, la limpieza avanza lentamente. “No sabemos cuándo volverán los peces o la vegetación a este río”, declaró el alcalde de Quinindé, Ronal Moreno, quien calificó el hecho como una de las mayores tragedias ambientales de las últimas tres décadas.
La ONU estima que al menos 113.000 personas han resultado afectadas por el derrame, no solo en lo ambiental, sino también en salud y acceso a servicios básicos. Habitantes de Viche reportan síntomas como erupciones en la piel, mareos y vómitos, mientras que brigadas médicas atienden entre 55 y 100 personas al día. La escasez de agua potable agrava aún más la crisis, obligando a las familias a depender de tanqueros para abastecerse.
Un problema recurrente que no cesa
El derrame no es un hecho aislado. El Sistema del Oleoducto Transecuatoriano (SOTE), en funcionamiento desde 1972, ha presentado múltiples fallas y ha sido objeto de daños y atentados. De acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), entre 2012 y 2022 se han registrado 1.584 derrames de petróleo en el país, incluidos dos de gran magnitud también en Esmeraldas.
“La situación refleja una gestión ambiental muy débil”, advierte el biólogo marino Eduardo Rebolledo, quien denuncia la falta de estudios actualizados sobre la biodiversidad local. “No tenemos línea base para saber cuántas especies se han perdido. El daño es incalculable”, sostiene.

Golpe económico: pesca y agricultura paralizadas
El impacto económico también es devastador. En el puerto pesquero artesanal de Esmeraldas, el más grande del país, la actividad está prácticamente detenida. Neris Torres, pescador local, cuenta que en un día solo logró capturar tres peces. “Sin pesca no ganamos nada. La afectación ha sido tremenda”, lamenta.
La agricultura y la pesca son las principales fuentes de sustento en Esmeraldas, la tercera provincia más pobre del país. Ante esta situación, tanto los pescadores como los agricultores esperan una compensación justa por parte del Gobierno y medidas efectivas de remediación.
Petroecuador, la empresa estatal responsable del oleoducto, ha activado un plan de limpieza y compensación, aunque hasta ahora no ha detallado qué acciones tomará para evitar futuros derrames. Expertos y organizaciones insisten en la urgencia de reforzar la fiscalización ambiental y proteger a las comunidades más vulnerables.
Fuente: CNN