El martes, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, lamentó la muerte de su exsecretario de Hacienda, Carlos Urzúa (de 68 años), y expresó su pesar por los intentos de algunos políticos de oposición de vincularla con su gobierno. “Mi pésame a las familias de Carlos Urzúa. Lamento mucho su fallecimiento en lo que parece ser un accidente, según lo expresado por sus propios familiares”, declaró en su rueda de prensa habitual.

El mandatario reconoció que tuvo desacuerdos con el exfuncionario, quien se unió al equipo de la candidata opositora Xóchitl Gálvez. Sin embargo, criticó las dudas sembradas por varios miembros de la oposición sobre la posible implicación de su gobierno en la muerte de Urzúa. “Tuvimos nuestras diferencias y él renunció. Últimamente, se unió a la candidata del bloque conservador. De manera muy vil, algunos miembros de ese grupo comenzaron a difamar, insinuar posibles ataques o daños, y a sembrar sospechas sobre nosotros”, señaló.

López Obrador cuestionó la malicia de aquellos que propagaron estas acusaciones sin pruebas concretas. “¿Díganme si no son perversos, viles, zopilotes, buitres? ¿Qué evidencia tienen? Este triste suceso acaba de ocurrir, y su familia ha dicho que fue un accidente”, expresó.

Según la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, una empleada doméstica informó sobre el desmayo y posterior golpe en la cabeza del exfuncionario en su residencia en la capital mexicana. La propia Xóchitl Gálvez declaró que Urzúa falleció a causa de un infarto fulminante.

Carlos Urzúa fue titular de la Secretaría de Hacienda durante siete meses, desde diciembre de 2018 hasta julio de 2019, antes de renunciar debido a discrepancias con el gobierno de López Obrador.