Nikki Haley, exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, suspendió su campaña presidencial hoy tras sufrir una rotunda derrota, lo que dejará a Donald Trump como el último aspirante importante a la candidatura republicana para la presidencia en 2024.

Haley fue la primera rival significativa de Trump cuando se sumó a la contienda en febrero de 2023, pese a que su candidatura tardó en recabar donantes y apoyos, finalmente resistió más que todos sus otros rivales del partido.

La derrota de Haley era un doloroso pero predecible golpe para los votantes, donantes y miembros del Partido Republicano que se oponen a Trump y su combativa marca política de “Hagamos Estados Unidos grande de nuevo”.

En la etapa final de su campaña advirtió de forma agresiva al Partido Republicano que no se alineara con Trump, que según dijo está demasiado consumido por el caos y los agravios personales como para derrotar al actual presidente, Joe Biden, en las elecciones generales.

Pese a pertenecer al mismo partido, Haley no tiene previsto apoyar a Trump en su mensaje, según las personas informadas de sus planes, en lugar de eso, instará al expresidente a buscar el apoyo de la coalición de republicanos moderados y votantes independientes que la apoyaron.

La salida de Haley allana el camino a Trump para centrarse en su probable repetición del duelo con Biden en noviembre.