A fin de que las niñas y niños tengan una mejor salud visual y con ello tengan una mejor calidad de vida, el área de optometría de Atención Ciudadana hace una serie de recomendaciones para que padres, madres y docentes estén atentos a posibles problemas de visión que pueden tener los infantes.

La primera recomendación que se hace es creer en la niña o niño cuando le comunican que tiene problemas para ver, ya que se presentan casos donde los padres se resisten a creer que tienen problemas visuales o creen que sólo lo hacen por moda o imitar algún personaje o compañero que usa lentes.

Cuando el pequeño está viendo un aparato dispositivo se debe prestar atención en qué tanto tiempo pasa delante de él; también es importante fijarse si al ver la televisión hace guiños, abre y cierra sus ojos, se rasca o que sus ojos se pongan rojos o empiece a lagrimear.

Si estos factores se presentan es importante que se visite a un oftalmólogo para que haga un análisis del menor, si es necesario se enviará al paciente a hacer unos lentes de acuerdo a sus necesidades.

El especialista de la vista será quien determine la graduación adecuada para el infante, es decir, puede que requiera el 100 por ciento de graduación o quizá se trabaje por etapas, pero esto sólo se hará de acuerdo a la evaluación profesional.

Una vez que la niña o el niño tiene lentes, es importante que en la familia se trabaje con su confianza y autoestima, que lo hagan entender que no es una persona diferente, sólo que requiere de gafas para estar mejor.

En caso de que los niños sufran de diabetes, es importante que su madre, padre o tutor esté al pendiente de cómo está su visión, ya que tiende a debilitarse por enfermedades crónico degenerativas.