A casi cinco meses del brutal ataque con arma blanca que conmocionó a las redes sociales, Marianne Gonzaga, influencer juvenil, ha sido liberada bajo un esquema de libertad asistida, tras un acuerdo alcanzado entre su defensa y la familia de Valentina Gilabert, la joven a quien apuñaló más de 10 veces en febrero pasado.

La ahora ex interna del centro de detención juvenil fue declarada responsable del delito de lesiones calificadas y, aunque originalmente enfrentaba una sentencia de casi tres años, el proceso se resolvió a través de una reparación del daño, supervisión judicial, y restricciones legales estrictas.

Entre las condiciones que deberá cumplir se encuentran:

• Presentaciones periódicas ante la autoridad.
• Terapia psicológica obligatoria.
• Prohibición de acercarse a la víctima.
• Supervisión judicial continua.

Durante su internamiento, Gonzaga habría mostrado buena conducta y disposición para integrarse a actividades educativas y terapéuticas.

En redes sociales, la liberación generó opiniones encontradas. Mientras algunos celebran el perdón otorgado por Valentina y el “derecho a una segunda oportunidad”, otros usuarios expresaron su indignación, exigiendo una justicia más severa.

Valentina, por su parte, difundió un video en el que confirmó el acuerdo legal y afirmó que perdona a Marianne, asegurando que “el odio no sana, y todos merecen redención”.

Este caso ha reabierto el debate sobre el papel de las redes, la justicia restaurativa y el castigo a menores que cometen delitos graves. La historia de Marianne y Valentina, que comenzó con una amistad y terminó en tragedia, ahora se convierte en símbolo de controversia y reflexión pública.