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(Columna) En la mesa grande… y los demás, esperando turno

En política, hay quien se conforma con la selfie en eventos de tercera fila y hay quien se sienta en la mesa donde realmente se decide el rumbo. Y sí, en Chihuahua esa diferencia ya empieza a marcarse: el alcalde juarense se codea en las mesas de seguridad de la mismísima presidenta de la República, mientras otros suspirantes apenas alcanzan a colar boletines que nadie lee.

¿Casualidad? No lo creo

Cuando el tema es la seguridad, ningún presidente se arriesga a invitar a alguien que estorbe o que no tenga peso político. Si el edil fronterizo está ahí, es porque lo ven con la capacidad de aportar algo más que discursos vacíos. El mensaje es clarito: hay confianza desde arriba, y en política eso vale más que cualquier encuesta cuchareada.

Los otros, en la banca

Claro que hay otros nombres en la baraja de aspirantes a la gubernatura, pero la diferencia es notoria. Mientras unos reparten abrazos en inauguraciones menores o se pierden en reuniones de café, el juarense ya aparece en la foto nacional, donde se habla de operativos, estrategias y recursos. La diferencia entre hablar de poder y ejercerlo.

El riesgo calculado

Por supuesto, todo tiene su costo: si la seguridad no mejora, la crítica le caerá también a él. Pero, seamos honestos, ¿qué pesa más? ¿Que te reclamen por estar en la mesa o que te ignoren por completo? En política, la visibilidad es oxígeno. Y hoy, el que respira más hondo es el alcalde fronterizo.

El futuro se cocina aquí

Que nadie se confunda: las mesas de seguridad no son solo reuniones técnicas, son también escenarios políticos. Y quien logra un asiento en ellas ya juega en otra liga. Mientras algunos aspirantes siguen peleando por reflectores locales, otros ya están probándose en el escaparate nacional. Y eso, para la contienda que viene, marca la diferencia entre soñar con la gubernatura… o verla desde la grada.