Una fuerte tormenta invernal azota este lunes a la ciudad de Chicago, generando condiciones severas y obligando a las autoridades a emitir una advertencia de tormenta de nieve para todo el noreste de Illinois y parte de Indiana. De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (NWS), el fenómeno tipo “lake effect” está provocando acumulaciones de entre 6 y 12 pulgadas de nieve (entre 15 y 30 centímetros) en diversas zonas del área metropolitana, con ráfagas de viento que alcanzan los 30 millas por hora y temperaturas que se mantienen por debajo del punto de congelación.

Durante las primeras horas del día, las bandas de nieve más intensas redujeron drásticamente la visibilidad, afectando el tráfico vehicular y aéreo. En los aeropuertos de O’Hare y Midway se registraron más de 300 vuelos cancelados y numerosos retrasos debido a las difíciles condiciones de operación. Las autoridades locales han pedido a los habitantes evitar los traslados innecesarios, pues algunas carreteras y autopistas presentan capas de hielo y nieve endurecida, lo que vuelve el manejo peligroso o casi imposible.

El NWS advirtió que en algunas zonas se han reportado tasas de acumulación de hasta tres pulgadas de nieve por hora, lo que ha saturado las labores de limpieza vial y ha dejado vehículos varados en avenidas principales. Se espera que la tormenta comience a debilitarse hacia la tarde, aunque el frío, el viento y la nieve soplada continuarán generando afectaciones durante la noche.

Los meteorólogos anticipan que las condiciones podrían mejorar gradualmente a partir del martes, con cielos parcialmente nublados y temperaturas que oscilarán entre los -1 y 2 grados Celsius. Sin embargo, las autoridades insistieron en que la población debe permanecer atenta a las actualizaciones climáticas y tomar precauciones ante el riesgo de resbalones, caídas o accidentes de tránsito.

Esta tormenta representa el primer evento importante de nieve de la temporada para Chicago, que año con año enfrenta los efectos del aire ártico y del lago Michigan, una combinación que convierte a la ciudad en uno de los principales puntos de impacto del invierno en Estados Unidos.