Al menos nueve mezquitas en París y sus alrededores fueron blanco de ataques el martes, cuando se encontraron cabezas de cerdo colocadas en sus accesos, informó la fiscalía de París. En cinco de los casos, los restos estaban acompañados por el nombre del presidente Emmanuel Macron garabateado en los muros.

Las autoridades francesas evitaron especular sobre los responsables, pero prometieron reforzar el apoyo a la comunidad musulmana en un contexto de creciente sentimiento antiislámico. Francia alberga a más de 6 millones de musulmanes, la mayor población en Europa, para quienes el cerdo es considerado un animal impuro.

“Quiero que nuestros compatriotas musulmanes puedan practicar su fe en paz. Entiendo que se sientan heridos”, declaró el ministro del Interior, Bruno Retailleau.

El jefe de la policía de París, Laurent Nunez, afirmó que no se descarta la posible injerencia extranjera en los hechos, al recordar que en ocasiones anteriores se documentaron ataques similares con ese trasfondo.

De acuerdo con la fiscalía, se hallaron cuatro cabezas de cerdo en la capital y cinco en localidades periféricas. Una unidad especializada investiga los hechos bajo la tipificación de incitación al odio agravada por discriminación.

La Gran Mezquita de París condenó los actos como “claramente coordinados” y denunció que buscan dividir a la sociedad:

“Estos actos marcan una nueva y triste etapa en el auge del odio antimusulmán. Frente al odio, los ciudadanos musulmanes de Francia están decididos a trabajar por la unidad de nuestro país”.

Según datos oficiales, los incidentes antimusulmanes aumentaron 72% en el primer trimestre de 2025, con 79 casos registrados, frente al mismo periodo de 2024, de acuerdo con la Comisión de Derechos Humanos y el Ministerio del Interior.