Aunque The Life of a Showgirl rompió récords en ventas y reproducciones en todas las plataformas digitales, el nuevo álbum de Taylor Swift ha dividido opiniones entre críticos y fanáticos.

Algunos especialistas sostienen que la producción no logra conectar con la música pop actual, carece de la complejidad emocional que caracterizaba a la artista e incluso resulta “demasiado plana”.

Sin embargo, Swift no parece preocupada por las reseñas negativas. En entrevista con Apple Music este martes 7 de octubre, la cantante dijo tener clara una regla del espectáculo:

“Si es la primera semana del lanzamiento de mi álbum y estás diciendo mi nombre o el título del disco, estás ayudando”.

Con una sonrisa, agregó que “le da la bienvenida al caos” y defendió la libertad de interpretación del público.

“No soy la policía del arte. Todos tienen derecho a sentir exactamente lo que quieran. Nuestro objetivo, como artistas, es ser un espejo”.

La intérprete de Love Story reconoció que no todos sus oyentes logran conectar con sus canciones, algo que considera natural.

“Muchas veces, un álbum es una forma intensa de verte a ti mismo, ¿no?”, señaló.

Pese a las críticas, Swift se mostró orgullosa de su nuevo trabajo:

“Cuando hago mi música, pienso mucho en el legado que quiero dejar. Sé lo que hice y lo adoro”.

Récords en streaming y un nuevo capítulo artístico

The Life of a Showgirl, su duodécimo álbum de estudio, incluye varias canciones inspiradas en su relación con Travis Kelce y se ha convertido en un fenómeno de reproducciones.

Según Spotify, el disco se posicionó como el álbum más reproducido en un solo día de 2025 tras su lanzamiento a medianoche, menos de un año después del cierre de The Eras Tour, la gira que consolidó su estatus como una de las figuras más influyentes del pop contemporáneo.

En este nuevo proyecto, Swift deja atrás la melancolía introspectiva de The Tortured Poets Department (2024) y los tonos oscuros de sus producciones recientes. En su lugar, apuesta por un regreso al pop clásico, retomando la colaboración con los productores Max Martin y Shellback, responsables de éxitos como Blank Space y Shake It Off.

El disco celebra su vida entre bastidores tras su monumental gira mundial y llega en un momento especialmente luminoso para la artista: su compromiso con Travis Kelce y la recuperación de los masters de sus primeros seis álbumes.