Estados Unidos elevó el tono frente al narcotráfico en la región luego de que el presidente Donald Trump advirtiera que cualquier país que permita el tráfico de drogas ilegales hacia territorio estadounidense “podría ser atacado”. Las declaraciones generaron una inmediata y enérgica respuesta del mandatario colombiano, Gustavo Petro, quien pidió respetar la soberanía de Colombia y evitar “declarar una guerra” que rompa siglos de relaciones bilaterales.

Durante una reunión de gabinete en la Casa Blanca, Trump señaló que “cualquiera que esté haciendo eso y vendiéndolo en nuestro país está sujeto a ser atacado”, al referirse específicamente al flujo de cocaína que llega desde Colombia, considerado el principal productor mundial y abastecedor del mercado estadounidense.

Estas afirmaciones reavivaron las tensiones entre Washington y Bogotá, en un contexto en el que Colombia enfrenta presiones constantes del gobierno estadounidense para reducir los cultivos de coca y combatir a los grupos narcotraficantes, incluidas guerrillas y bandas criminales herederas del paramilitarismo.

La respuesta de Petro fue inmediata. A través de su cuenta de X, pidió a Trump no amenazar al país:
“No amenace nuestra soberanía, porque despertará al jaguar. Atacar nuestra soberanía es declarar guerra. No dañe dos siglos de relaciones diplomáticas.”

Petro, cuyo mandato concluye en agosto de 2026, incluso invitó a Trump a acompañarlo en operaciones contra el narcotráfico:
“Sin misiles he destruido en mi Gobierno 18 mil 400 laboratorios. Venga conmigo y le enseño cómo se destruye un laboratorio cada 40 minutos.”

El intercambio ocurre en medio de un historial reciente de fricciones. En septiembre, Estados Unidos “descertificó” la lucha antidrogas de Colombia, canceló la visa de Petro y lo incluyó en una lista vinculada a actividades relacionadas con narcotráfico, lavado de activos o terrorismo, según su legislación. Estas medidas profundizaron la confrontación verbal entre ambos gobiernos.

Petro ha criticado, además, los operativos militares estadounidenses en el Caribe y el Pacífico, donde ataques contra embarcaciones presuntamente vinculadas al narcotráfico han dejado decenas de muertos. Autoridades colombianas confirmaron que algunas de esas lanchas zarparon desde costas nacionales.

Pese a las tensiones, el presidente colombiano asegura que su administración ha logrado cifras históricas en la lucha contra el narcotráfico. Solo en 2024, afirmó, las Fuerzas Militares y la Policía Nacional decomisaron más de 883 toneladas métricas de cocaína.

El narcotráfico sigue siendo uno de los factores centrales del conflicto armado colombiano, que en seis décadas ha dejado más de 450 mil muertos y continúa alimentando la violencia de múltiples grupos ilegales.