Fabricantes de hojalata en EE.UU., atrapados entre la escasez y los aranceles de Trump

Fabricantes de hojalata en EE.UU., atrapados entre la escasez y los aranceles de Trump

En pleno verano, mientras las temperaturas se elevan, en la planta de Independent Can Company comienzan a tomar forma las latas navideñas decoradas con trineos y copos de nieve. Sin embargo, el panorama para esta histórica empresa familiar es todo menos festivo.

Rick Huether, director general de la compañía con sede en Belcamp, Maryland, enfrenta crecientes dificultades desde que el expresidente Donald Trump regresó al poder en enero e impuso aranceles del 50% al acero y al aluminio importados, con el argumento de proteger a la industria nacional.

Estamos viviendo en el caos en este momento”, asegura Huether, de 73 años, mientras recorre su fábrica. La medida, que busca fortalecer las acerías estadounidenses, ha terminado afectando a sectores como el de los envases metálicos, que dependen del acero recubierto de estaño, conocido como hojalata, un insumo escaso en el país.

“En Estados Unidos sólo se produce el 25% de la hojalata que necesitamos”, señala Huether. “Nos vemos obligados a importar alrededor del 70%”.

Con casi 400 empleados distribuidos en cuatro plantas —dos en Maryland y dos en Ohio— la compañía ha resistido sin recurrir a despidos. Sin embargo, una fábrica ubicada en Iowa cerró el año pasado, en parte por aumentos arancelarios anteriores durante el primer mandato de Trump (2017-2021).

Huether estima que los nuevos aranceles obligarán a aumentar sus precios más del 20%, lo que ya comienza a impactar en la demanda. Algunos clientes han reducido pedidos ante la incertidumbre económica, mientras que otros se han acercado buscando reemplazar importaciones desde China.

Pero la experiencia durante la pandemia ha dejado una lección de escepticismo: Cuando China cerró, nuestro negocio creció un 50%. Todos dijeron que se quedarían, pero luego regresaron a China, recuerda el empresario, quien ahora exige contratos de al menos dos años para garantizar cierta estabilidad.

Fundada durante la Gran Depresión de 1929, Independent Can Company ha sido testigo de casi un siglo de cambios económicos y políticos. Huether, que comenzó a trabajar en la empresa a los 14 años, confía en que el negocio “sobrevivirá” a esta nueva etapa.

Lo único que pedimos es certeza”, concluye. “Saber cómo serán las ventas en los próximos seis meses”.

Fuente: La Jornada